¿Merece la pena comprar un dron? (Ventajas y desventajas)

Si somos amantes de la tecnología, es imposible que nos hayan pasado desapercibidos los avances que se han dado en el mundo de los drones. Hay un antes y después de haber volado un dron, grabar una secuencia aérea, y entonces darse cuenta en películas y documentales de cómo pueden haber estado hechas algunas tomas gracias a estas maravillas del aire.

Sin embargo, todavía mucha gente tiene a los drones estigmatizados y los relaciona con posibles situaciones de peligro o de molestia para otras personas. Es por ello que al final muchos de nosotros nos hacemos la pregunta de rigor: ¿merece la pena comprar un dron?

Vamos a tratar de poner luz en este asunto y ayudaros a contestarla, enumerando las ventajas y los inconvenientes de estos aparatos.

¿Merece la pena comprar un dron?

No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que sí. Simplemente, tenemos que seguir las normas, optar por el tipo de dron que mejor se adapta a nuestros gustos y a lo que queremos hacer con ellos.

Os aseguramos que estos aparatos voladores tan tecnológicos se van a convertir en compañeros casi inseparables en muchos de los viajes y aventuras que vivamos.

Ventajas de los drones

Para nosotros las ventajas de los drones actuales son muchísimas. Es algo tan divertido, tecnológico y curioso de usar, que creemos que todo el mundo debería probarlos alguna vez, aunque sea en entornos controlados, en una de esas academias o empresas que te enseñan su funcionamiento y el tipo de drones que existen en un día de prácticas.

Habilidad de manejo para grandes y pequeños

Pilotar un dron no es un juego de niños, o al menos no cuando queremos hacer maniobras virtuosas y grabaciones espectaculares que incluyan giros y rotaciones sobre el eje de la aeronave, mientras seguimos la trayectoria que nos hubiéramos marcado, tanto en el eje horizontal como en el vertical para la altura.

Aprender a manejar estas pequeñas naves y familiarizarnos con sus controles, supone un ejercicio de estudio y práctica que influye directamente en nuestros reflejos, nuestra habilidad para anticipar y planificar el vuelo, así como en la coordinación necesaria para ejecutarlo todo a la vez con éxito.

Todo esto acaba repercutiendo en nuestra inteligencia, como cuando progresamos en el estudio y la práctica con un instrumento musical, y acostumbramos al cerebro a hacer varias cosas a la vez mientras leemos una partitura y tocamos las teclas o cuerdas para hacer sonar la música.

Fotografías y vídeos de otro nivel

Gracias a los drones actuales se consiguen planos, vídeos e imágenes que nos asombran y nos recuerdan a las mejores películas que se proyectan en los cines.

Si somos aficionados a la fotografía, nada nos va a resultar más satisfactorio que conseguir esas imágenes y esas grabaciones gracias a algunos drones que cuentan, por ejemplo, con cámaras con estabilizadores en varios ejes.  Permiten una obtención de imágenes de tanta calidad que nuestros amigos y familiares pensarán que es casi imposible que eso lo hayamos podido grabar nosotros.

Aunque existen muchos modelos, os recomendamos prestar atención a los drones de la marca estrella en este sector, DJI. Sus drones MINI de menos de 249 gramos nos permiten lanzarnos a un mundo alucinante de grabación y foto aérea, con calidades de vídeo que llegan hasta resoluciones 4K a 60 frames. Con una compatibilidad absoluta para lentes y filtros que casi parecen más cercanos a cámaras PRO que amateurs.

Posibilidad de convertirlo en una profesión

Desde drones profesionales para grabación hasta drones para el control y la gestión de la agricultura y el ganado. Existen muchas profesiones a día de hoy que necesitan de estos aparatos para digitalizar tareas y facilitar el seguimiento y el acceso a zonas que antes eran mucho más costosas. Aunque para este tipo de trabajos se necesita tener el carnet de piloto de drones necesario para la aeronave que vayamos a utilizar en nuestro trabajo.

Diversión interminable (o casi)

En la vida no todo tiene por qué servir para sacar un beneficio profesional o con respecto a los estudios. La diversión es muy importante, así que si nos hacemos con un dron podremos acceder a un mundo de entretenimiento muy completo.

Tendremos resultados asombrosos en cuanto a las imágenes y vídeos obtenidos si optamos por drones con cámara. Tendremos una experiencia brutal de juegos de velocidad y carreras si nos decantamos por un dron de los que se denominan FPV (First Person View), y que nos meterán de lleno en la acción, con una inmersión mucho mayor que en la de los videojuegos digitales, por el simple hecho de que estamos pilotando una nave real en un entorno real.

Y decimos lo de «o casi», porque lo único que podrá terminar con la diversión de volar con nuestro dron, será la duración de las baterías que tenga este.

Desventajas de los drones

Si eres una persona entusiasta de los drones (como es nuestro caso) es probable que te cueste encontrar desventajas a unos aparatos que ofrecen tanta diversión y con una tecnología tan asombrosa. De todas formas, vamos a intentar no pintarlo todo tan de color de rosa para que sepáis cómo juzgarlos con un poquito de imparcialidad.

Dificultad en el pilotaje de alto nivel

Si tu propósito es jugar con un dron recreativo, hacer algunos circuitos fáciles con un dron FPV o si simplemente vas a utilizar un dron con cámara para levantarlo unos pocos metros y sacar unas fotos o vídeos sencillos, con unas horas de práctica probablemente ya tendrás suficiente, aunque es probable que antes o después lo estrelles por falta de práctica o exceso de confianza.

Pero si tu idea es la de hacer grabaciones espectaculares, pasar por lugares complicados para hacer alarde de tu destreza en tus tomas, o si estás interesado en participar en carreras FPV con drones de competición, te habrás dado cuenta de que el pilotaje no es tan sencillo de controlar y que en muchos casos se necesitan cursos profesionales para convertirse en un buen piloto de drones.

Es un hobby caro

Aunque un dron de iniciación o incluso uno de esos tipo infantil para dar nuestros primeros pasos puede que no nos suponga un desembolso de dinero demasiado importante, lo cierto es que si buscamos algo de calidad, no son unos «juguetes baratos».

Desde luego tampoco se les puede pedir que lo sean, puesto que utilizan tecnología bastante avanzada como posicionamiento GPS, resistencia a ciertas velocidades de viento, lo bastante aceptables como para poder sacar el dron a volar incluso en días aparentemente ventosos.

Sin olvidarnos de que, dependiendo de la finalidad del dron, pueden tener o un sistema de cámaras de foto y vídeo que a veces resulta sorprendente por su calidad, o si son drones de carreras o drones FPV tienen que contar con un sistema de transmisión de vídeo sin latencia ni retraso hacia nuestras «gafas» o pantalla para verlo en primera persona.

Además, en el caso de los drones de gama media/alta, incluso algunos cuentan con sistemas anti-colisión en varios ejes o incluso un modo de seguimiento o «tracking» que escoge un objeto y lo va persiguiendo y grabando aunque este se halle en movimiento.

Cada vez hay más limitaciones para su uso

El panorama multinacional se está poniendo cada vez más duro con los drones. La normativa quiere que en 2023 los drones cuenten con un marcado de clase, que los clasificaría en diferentes categorías según su peso, su finalidad y utilización.

Esto supone que para según que tipos de drones, no solamente necesitaremos un carnet de piloto profesional, sino que dependiendo de la zona necesitaremos pedir unos permisos especiales para volar ese día, contar con la ruta de vuelo y con otras personas que pueden tener que hacer de observadores en diferentes puntos, a modo de control.

Los únicos drones que parece que se van a escapar de esta criba, son los drones recreativos de menos de 250 gramos. Aunque nos parezca que aquí solo van a entrar drones que parecen casi de juguete, lo cierto es que si somos aficionados a la fotografía y al vídeo aéreos, podremos acceder a estos tipos de dron gracias a la gama DJI Mini que mencionamos antes y que ya van por su tercera versión Mini 3 PRO.

¿Son malos los drones?

Todo depende de su uso. Si compramos un dron chino por AliExpress, por ejemplo, e ignoramos totalmente las normas y leyes sobre su utilización en la Unión Europea, volando en zonas prohibidas, espacios aéreos destinados a aeronaves mayores que necesitan de sistemas de navegación y satélites contra los que podamos interferir, no solamente convertiremos a nuestros drones en algo peligroso, sino que tenemos muchas posibilidades de acabar con unas multas tan cuantiosas, que no vamos a poder ni pagarlas o, en el peor de los casos, con penas mucho más duras, dependiendo de «nuestra triste hazaña».

Pero si compramos un dron (sea donde sea) y nos limitamos a hacerlo volar según las normas de nuestro país y comunidad, sin superar los metros de altitud designados para nuestro modelo o nuestra zona, sin entrometernos en áreas restringidas y, obviamente, sin molestar a nadie sobrevolando zonas privadas o grabando con el dron en propiedades ajenas, es imposible que alguien pueda decir que los drones son malos.