Volar un dron requiere destreza, pero también cumplir con determinadas reglas. Algunas de esas reglas están relacionadas con volar los drones en condiciones adversas y, la niebla, es una condición adversa.
Antes de volar un dron con niebla debemos asegurarnos que estamos volando de forma legal y, en caso de que así sea, valorar los riesgos y nuestra habilidad antes de ponerlo en el aire.
¿Es posible volar un dron con niebla?
Según la Legislación Española, está permitido volar un dron con condiciones meteorológicas que posibiliten una visibilidad de 5 km. Una niebla muy densa no cumplirá con esta condición y, legalmente, no se podrá volar el dron. Con nieblas menos cerradas, sí se podrá, con las precauciones adecuadas.
De un modo muy general, si conseguimos ver la aeronave correctamente y seguir bien sus movimientos, podremos levantar vuelo con la debida precaución. En caso contrario, es preferible mantener la seguridad y dejar el vuelo para otro día.
Cómo puede la niebla dañar el dron
La niebla es una acumulación de pequeñas gotas de agua. Por lo tanto, las consecuencias serán similares a volar con lluvia un dron no resistente al agua.
Durante el vuelo, el agua se puede condensar en las distintas partes del dron, tanto en hélices y baterías como, incluso, en zonas más de más difícil acceso.
Esta condensación, a la larga, puede provocar daños e incluso llegar a oxidar algunas partes. Los tornillos, la placa base y los motores son los que suelen sufrir las oxidaciones por humedad y los vuelos largos con niebla lo propician.
La batería también se puede ver dañada con la niebla. Dejará de funcionar debidamente y, a la larga, puede incluso llegar a hacernos perder el dron.
Consejos para volar con niebla
Para evitar el daño provocado por las pequeñas gotas de agua en nuestro dron, debemos realizar vuelos cortos para minimizar el tiempo de exposición del dron a la humedad.
Seca adecuadamente todo lo que esté a tu alcance siempre que vuelva a aterrizar. Incluso se puede llegar a partes más inaccesibles con ayuda de un pincel.
Llevar unas bolsas de gel de sílice para el paseo también es una opción a valorar. Después de seco se puede guardar con las bolsitas de gel y seguirán removiendo la humedad que no se consiga limpiar.
Pero, además de los cuidados después de aterrizar, hay algunos que también se pueden tener en cuenta para mantener el vuelo con el menor riesgo posible.
Siendo la principal dificultad la visibilidad, aumentarla facilitará el vuelo. La iluminación es, en este caso, primordial para volar el dron.
Contar con unas luces adecuadas nos permitirá ver mucho mejor su camino y el trayecto que sigue. Incluso nos permitirá llegar más lejos y disfrutar de más tiempo de vuelo, siempre considerando que no debe ser muy largo para evitar los problemas con la humedad del ambiente.
¿Cómo decidir si volar un dron con condiciones adversas?
Como en cualquier actividad, siempre se puede valorar los peligros de cada acción e intentar minimizarlos. Aparte de cumplir la legalidad de tener una visibilidad de al menos 5 km, queda un margen muy grande para poder volar, aunque es necesario tener la destreza suficiente para hacerlo con seguridad.
No se trata solo del clima o de las características del dron. También la experiencia del piloto se debe tener en cuenta y no arriesgar si tenemos dudas o nos sentimos nerviosos con la experiencia.
Quizás empezar a volar en días con un poco de neblina y durante un tiempo corto nos ayudará a ganar esa experiencia que, en un futuro, nos dará el conocimiento necesario para un verdadero vuelo con niebla.
Y aunque el riesgo, como veremos, siempre existe, una respuesta rápida por parte de un piloto experimentado puede hacer que un posible accidente se convierta en una simple anécdota o dificultad, pero sin llegar a presentar un riesgo real para personas, animales, o la propia aeronave.
¿Es realmente peligroso volar un dron con niebla?
Siempre que las condiciones no sean las más adecuadas, volar el dron puede suponer un riesgo. Por supuesto, todo depende del tipo de niebla, la visibilidad que existe en ese momento y la experiencia en volar en condiciones menos favorables.
Sin embargo, hay algunas dificultades que pueden aumentar el riesgo, incluso en pilotos experimentados. Conocerlas significa que podemos buscar soluciones y, por lo menos, aumentar la seguridad durante el vuelo.
Los sensores del dron podrán ver la niebla como un obstáculo, haciendo que pierda estabilidad. Hacer caso a los sensores puede suponer un riesgo extra, pero no hacerlo, tampoco te dará seguridad.
Lo preferible es volar a corta distancia, de modo a que se pueda ver el camino y los posibles obstáculos, para guiar la aeronave de forma correcta, independientemente de las señales que nos indiquen sus sensores.
Un descuido puede ser peligroso tanto para personas o animales que se encuentren cerca como para mantener nuestro dron en buenas condiciones.
La falta de visibilidad es otro factor a tener en cuenta, pues aumenta el riesgo de accidentes. Aunque la legislación diga que debemos tener una visibilidad de 5 km, nadie sin experiencia consigue calcular la distancia de manera aproximada, y mucho menos exacta.
Se recomienda precaución y sensatez a la hora de volar. Si no podemos ver el dron correctamente en todo su trayecto, el peligro es demasiado y es preferible dejarlo para otro día. Además, todas las ayudas que podemos tener, como los sensores o las imágenes, no funcionarán adecuadamente, lo que dificultará el vuelo.
Si ya de por sí la niebla, tal como otras condiciones adversas, perjudica un vuelo seguro y aumenta la probabilidad de accidentes, al añadirle a la situación posibles fallos por humedad, la falta de visibilidad y el error de los sensores, volar el dron puede implicar terminar con él destrozado.
Así, aunque es en realidad se puede volar con niebla, esto solo es así en situaciones muy específicas y siempre entrañará algo de riesgo, por lo que es preferible hacerlo solo si contamos con la experiencia necesaria para un vuelo con suficiente seguridad.